Estamos aprendiendo a vivir en un nuevo contexto. Gobiernos, industrias, colaboradores/as y empleadores/as, personas mayores y niños/as, escuelas, clubes se vieron afectados por la llegada del Covid-19. Para todos/as hubo un replanteo en la forma de hacer las cosas. Y, como suele suceder en momentos de crisis, las respuestas tuvieron que ser ágiles y urgentes. Tomamos decisiones con la escasa información disponible, basadas en experiencias ajenas del otro lado del mundo.
Nueva Zelanda implementó una semana laboral de 4 días y Chile estudia implementar una ley de teletrabajo. Lo cierto es que el distanciamiento social obligatorio, el cierre de escuelas y centros de cuidado, dejó solas a las familias en la resolución del cuidado. En este contexto, vuelven a potenciarse los patrones de la sociedad en los que las mujeres asumen una mayor participación en estas tareas, crece el nivel de conflicto entre las demandas del trabajo remunerado y el cuidado.
¿Qué pueden hacer las empresas para fomentar la distribución equitativa de las tareas de cuidado en los hogares?
Te presentamos 5 acciones realizables para el contexto actual. Se trata de prácticas que pueden servir como guía que atienden a las distintas aristas de la complejidad de los cuidados, tienen en cuenta la interseccionalidad del género en la tarea de cuidar, y contemplan las necesidades de los distintos grupos que demandan atención: 1) Niño/as menores de 4 años, 2) Niño/as en edad escolar, 3) Personas mayores de 60 años (por ser población de riesgo de Covid-19), 4) Familiares enfermos/as / discapacitados/as.
5 acciones aliadas del cuidado y la corresponsabilidad:
1. Comprometer a la alta dirección con el cuidado:
Es fundamental que la alta dirección sepa de qué estamos hablando cuando hablamos de cuidado y corresponsabilidad. Los talleres de sensibilización y capacitación en economía del cuidado son indispensables para que quienes toman las decisiones estén informados acerca de la carga de trabajo que implican estas tareas. Asimismo, aportan conocimiento sobre la desigual distribución de las tareas domésticas y de cuidado impactan negativamente en el desarrollo de las carreras de las mujeres.
2. Promover el balance de tareas al interior del hogar:
Algunas de las medidas que las empresas están implementando para promover el balance en las tareas del hogar, son:
Jornadas con horarios flexibles: se establecen franjas horarias para reuniones y llamadas y no se exigen horarios fijos todos los días. Muchas empresas también están estableciendo franjas horarias en las que no se agendan reuniones (por ejemplo en el horario de almuerzo y luego de las 5 pm).
Acordar los entregables en base a la sobrecarga.
Respetar los horarios de trabajo y promover el derecho a la desconexión digital.
3. Sondear las demandas de cuidado de los/as colaboradores/as:
Las demandas de cuidado varían de hogar a hogar (hogares mono-marentales/parentales, hijos/as, familiares a cargo, etc). Circular una encuesta para sondear la realidad particular de cada hogar y los tiempos de quienes cuidan es clave para poder dirigir mejor el paquete de conciliación para personas que cuidan.
Algunas de las medidas que están realizando las empresas en este sentido son:
Talleres/sensibilizaciones en crianza, co-responsabilidad, cuidado, masculinidades y roles de género.
Día libre para aliviar la sobrecarga.
Licencias que fomenten la conciliación laboral-familiar.
Licencia por cuidado de familiar.
Acompañar y sostener desde la empresa el bienestar emocional de los/as colaboradores.
4. Fomentar redes de contención y proximidad para personas mayores:
Las personas mayores están particularmente expuestas en el contexto de pandemia. Para muchos cuidadores, acompañar y sostener emocionalmente a sus familiares es parte del día a día. Algunas medidas que las empresas pueden hacer para acompañar a sus colaboradores en su rol de cuidadores, son:
Colaborar con la conectividad digital de las personas mayores (por ejemplo, facilitando la conexión a internet, los dispositivos, etc.).
Contacto con organizaciones cercanas que puedan incluir a las personas mayores en proyectos de trabajo social de manera virtual (cocinar, tejer, dar clases online, por ejemplo). Esta es una forma de que las personas se mantengan activas, tengan sentido de pertenencia en la sociedad y que se les reconozca su valor social.
5. Protocolos de retorno con enfoque de género y representación de mujeres en la toma de decisiones:
Incluir los intereses y las necesidades de las mujeres contribuye a crear respuestas más efectivas. Asimismo, es clave asegurar que el enfoque de género esté incluido en la planificación de las respuestas y en los protocolos de retorno. Esto implica abordar algunas preguntas, tales como:
¿Cuáles son las diferentes prioridades de mujeres, hombres, niños/as en el contexto de la pandemia? ¿Qué roles desempeñan las mujeres y los varones en este contexto? ¿Existen desigualdades de género preexistentes que pueden ser exacerbadas por las medidas de emergencia? ¿Las mujeres y los varones tienen igual acceso e influencia sobre la toma de decisiones? ¿Se están registrando y recopilando datos desglosados por sexo?
Invertir en cuidado es invertir en productividad.
Son momentos inciertos, difíciles y críticos. Sabemos que la realidad de cada empresa es diferente y que la urgencia del momento no permite el desarrollo de políticas específicas ni inversión presupuestaria. Sin embargo, la invitación repensar las políticas existentes y reasignar sus recursos, adaptándolos al contexto actual.
Para asegurarnos de que estas medidas sean eficaces es importante que se oficialicen las acciones para que no queden sujetas al criterio de cada jefe/a o al vínculo existente entre éste/a y el/la colaborador/a. Los/as colaboradores recordarán este momento por cómo los acompañó (o no) la empresa. El desafío es convertir las medidas de la emergencia en herramientas estructurales. Con pandemia o sin pandemia, invertir en cuidado es invertir en productividad.
Sobre nosotras:
Sofía Keena: Especialista en género y comunicación. Fundadora de Consultora Cuidar.
Mariana Massaccesi: Especialista en género y negocios.
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